Flor mítica en Asia, símbolo de longevidad en Japón, la orquídea figura en el panteón de las 'plantas de los dioses' y también en el tocador de tratamiento como nuevo elixir de juventud que se suma al ácido hialurónico, biocompatible con la piel o las células madre, toda una revolución genética que abre nuevas vías de esperanza para combatir todos y cada uno de los signos del envejecimiento sobre la piel.
Un tratamiento intensivo con la orquídea como protagonista. Una flor con propiedades para prolongar la longevidad. De hecho es una flor que nunca muere., según han juzgado algunas usuarias del producto hace disminuir las patas de gallo 9 años. Un concentrado anti-edad de primer orden
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